Hazte voluntario

Hazte voluntario
Los Doctores Sonrisa son artistas profesionales que adecúan sus capacidades para visitar a los niños hospitalizados con las máximas garantías de calidad. Ellos son los que van día a día al hospital, pero tú también puedes ayudarnos de muchas otras formas. Para nosotros es muy importante esa labor de apoyo por parte de nuestros voluntarios. Vuestra energía, solidaridad y compromiso nos ayuda a hacer posible que, cada día, podamos destinar la mayor parte de nuestros fondos y energías al cumplimiento de nuestra misión: llevar ilusión a los niños y niñas hospitalizados.
Como voluntario o voluntaria de Fundación Theodora puedes colaborar en:
- apoyo en las labores de la oficina: gestión de bases de datos, dossier de prensa, investigaciones, atención telefónica, ...
- apoyo en eventos: montaje y desmontaje, recepción de invitados, mesas informativas, ...
- voluntariado on-line: en función de las habilidades de los voluntarios (diseñadores gráficos, traductores, asesores especializados…)
¿Cómo quieres ayudarnos? Escoge la forma de colaboración que más se adapte a tus circunstancias y preferencias, escríbenos a nuestro mail y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible.
¡Muchas gracias por ayudarnos a repartir sonrisas!

Nuestra experiencia como docentes en el pasado Curso del Artista Hospitalario ha sido muy agradable y enriquecedora. Para nosotras era una primera experiencia en la docencia de profesionales no sanitarios, por ello hemos vivido la preparación y exposición de las clases con mucha ilusión. Finalmente nos quedamos con la importancia que la Fundación Theodora da a la formación de sus artistas hospitalarios y con la gran humanidad de las personas con las que hemos compartido esta experiencia.
Todo empezó el 28 de Julio del 2008, mi hija Natalia tenía 2 años y 4 meses y la tuvimos que ingresar en la Maternidad de O´Donnell para realizarle una prueba por un problemilla en los riñones (gracias a Dios nada grave). Solo estuvimos dos días pero no se me olvidará en la vida, lo que allí viví, oí y sentí se me quedó grabado para siempre. El martes por la tarde llegó con la visita de la Dra. Cariburí, nada más verla Natalia miraba con ojos como platos lo que allí pasaba.